LOS PROS Y CONTRAS DE “ECHARSE” UNA SIESTECITA

Rompiendo estereotipos
Las siestas pueden ser consideradas como el villano de la película, ya que siempre son vistas como un signo de pereza y aburrimiento, sin embargo, pueden traer varios beneficios para la mayoría de las personas, incluso para los que duermen bien por la noche. Descúbrelos.

Aliada en el trabajo
Aunque muchos lo vean mal, sobre todo los jefes, dormirse un ratito en la tarde puede ser muy benéfico para el rendimiento laboral puesto que “ayuda a reducir los accidentes, errores, mejora la atención, concentración y rendimiento”, explica la Dra. Shelby Freedman, especialista en sueño.

Dormilones productivos
Para el neurólogo del Centro del Sueño de la Clínica Alemana de Chile, Leonardo Serra, conforme avanza la jornada de trabajo, el cuerpo acumula adenosima (núcleotido encargado de producir sueño): “Al dormir una siesta se reducen las concentraciones de adenosina en el cuerpo, lo que disminuye el cansancio”.


Siesta = rendimiento y atención
Según la National Aeronautic and Space Administration (NASA), tomarse un momento, cerrar los ojos y dormir no sólo es un sinónimo de descanso y relajación. Hacer una siesta de 20 minutos también contribuye a mejorar tu rendimiento en un 34% y tu estado de alerta en un 54%.

Efectivo para estudiantes
Papá: si notas que tu hijo al llegar de la escuela toma una pequeña siesta, no le digas nada, ya que un estudio publicado en 2010 por investigadores de la Universidad de California en Berkeley demostró que dormir por ratos aumenta la capacidad de aprendizaje en un 20%.

La magia de la siesta
Esto se debe a que el sueño limpia la memoria a corto plazo y deja espacio para el ingreso de nueva información, explica Matthew Walker, líder de la investigación: "Es como si la bandeja de entrada de nuestro hipocampo estuviera llena y hasta que no dormimos y limpiamos todos esos correos no pudiésemos recibir más Emails”.

Siestas cortas son efectivas
Dormir una pequeña siesta, en un lapso de 20 minutos, es mucho mejor que hacer una siesta larga, esto es porque se evita que entres en etapas profundas del sueño, lo que no atenta contra tu descanso por las noches y no te quitará el sueño, advierte un informe publicado por la NASA.

De buen humor y sin estrés
“Tomar la siesta también ayuda a mejorar tu estado de ánimo y la capacidad para mejorar el estrés. Incluso puede ayudar a obtener un poco más de energía entre la tarde y la noche”, considera Freedman.

Necesario para algunos
Para muchas personas, como los pacientes con narcolepsia (que tienen episodios de somnolencia) “han encontrado que las siestas cortas planificadas son cruciales para la gestión de su sueño todos los días, por lo cual deciden tomarse un pequeño momento para soñar", agrega Freedman.

Obligatorio para otros
Las personas que trabajan por turnos tienen que recurrir forzosamente a una siestecita, sobre todo, si duermen antes del trabajo nocturno o durante un descanso. “Incluso algunos necesitan una siesta antes de conducir para asegurarse que no tendrán sueño cuando estén al volante”, afirma Freedman.

Busca el mejor lugar
Si piensas contar borreguitos por la tarde, se sugiere hacerlo en un ambiente cómodo, tranquilo, oscuro y fresco. Tu cama sería una buena opción si estás en casa, pero si no lo estás podrías buscar un lugar donde puedas acostarte y reclinarte. Consigue un antifaz para bloquear la luz y unos tapones para los oídos.

¿En qué momento es mejor?
Algunos especialistas sugieren tomar la siesta tras una comida excesiva, para favorecer la digestión y reponer fuerzas. En momentos de presión laboral también sería conveniente, y si te encuentras cansado antes de conducir un vehículo, ¡qué mejor!

Efectiva si es temprano
Las siestas que se toman antes de las 14:00 horas no suelen interferir tanto en el sueño por la noche, por lo que se recomienda hacerlas lo más temprano posible. Si detectas que tienes complicaciones para dormir por la noche, Freedman sugiere que descartes las siestas durante el día.

¿Cuál es el límite?
James Horne, del Centro de Investigación del Sueño de la Universidad de Loughborough, en Inglaterra, asegura que “la siesta no debe extenderse por más de 20 minutos” ya que de otro modo perdería sus beneficios. El límite sería media hora. Después de ese período “hay más posibilidades de caer en un sueño profundo”.

¿Y si me paso de la siesta?
Cuando esto ocurre, las personas experimentan un fenómeno conocido como la inercia del sueño, el cual se caracteriza por tener gran dificultad para despertar, e incluso una vez que lo hacen y están de pie se sienten sumamente adormilados. Cuando esto ocurre puedes perder el sueño por la noche.

¿No puedes dormir?
Desafortunadamente no para todas las personas se inventaron las siestas, por lo que si te cuesta trabajo sentir sueño por las noches o si de repente te quedas dormido unos instantes por las tardes lo más recomendable es que visites a un médico para hacerte un chequeo completo y descartar trastornos del sueño.

Enemigos de la cama
Muchas personas no pueden entregarse rápido a los brazos de Morfeo precisamente porque desarrollan un trastorno del sueño, como el insomnio. El Instituto Nacional del Corazón, Pulmones y la Sangre ha detectado que los problemas de salud, las medicinas y el estrés suelen ser los disparadores.

El secreto: dormir
Para Matthew Walker, investigador de la Universidad de California, entre más horas la gente pase despierta, más lento se vuelve su cerebro, de hecho, pasar una noche en vela reduce en un 40% la capacidad para hacer nuevas actividades debido a la paralización de algunas zonas del cerebro. ¡A dormir se ha dicho!

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