El origen del HALLOWEEN

Por Alonzo G.·.
Trescientos años después de que Jesucristo naciera una civilización llamada Los Celtas, habitó en las Islas Británicas, Escandinavia y Europa Occidental. Era un grupo común y corriente. Estaban controlados por una sociedad secreta de sacerdotes paganos llamados Druidas que eran satanistas.

Alababan y servían al dios diabólico de la muerte denominado "Samhain". Estos sacerdotes controlaban la vida de otros a través de un mecanismo de temor. Muerte, enfermedades y destrucción sobrevino a los Celtas como resultado de los Druidas y sus prácticas. Halloween es oficialmente la fiesta de los satanistas, los ocultistas y adoradores de Satanás como el comienzo de un nuevo año para el ejercicio de la brujería. Anton Levey, gran sacerdote de la Iglesia de Satanás, dice que existen tres días importantes para los satanistas: su cumpleaños, el 30 de abril y el 31 de octubre (el Halloween). La noche de Hallowen es cuando los poderes satánicos ocultos y la brujería llegan a su nivel máximo de potencia. La noche del 31 de octubre, Satanás concede poderes a sus súbditos. La enciclopedia World Book, sostiene que este es el inicio de todo lo "frío, oscuro y muerte". Cuando una madre envía a su hijo a pedir dulces la noche de Hallowen, lo obliga a participar de un culto de la muerte. DE LA BROMA A PACTO SATÁNICO Los sacerdotes Druidas iban de casa en casa pidiendo todo tipo de comidas extrañas para su consumo y para luego ofrendarlos a "Samhain", en el festival de la muerte. Si la gente de la villa no les daba comida, los Druidas lanzaban maldiciones demoníacas contra el hogar. Los Druidas llevaban consigo un gran nabo, sobre el cual se escupía la figura de un rostro que representaba el espíritu demoníaco, del que dependían para obtener poderes y conocimiento.
El nabo, de cuyo interior surgía una vela encendida, era usado por los Druidas como una linterna cuando iban de casa en casa por la noche. Los Druidas creían que ese espíritu familiar habitaba en esos nabos y les ayudaba a ejecutar los hechizos en los hogares que les negaba la comida. Cuando esta práctica satánica vino a América en los siglos XVIII y XIX, los nabos no eran conocidos, pero se cultivaba un vegetal que lo sustituyo: la calabaza (un tipo de zapallo). 
El nombre dado al espíritu que habitaba en el nabo era "Jock" y al llegar a América cambió a "Jack", quien vive en la linterna. En todo este ritual del Halloween no hay nada cristiano. Es un día dedicado al diablo y a sus secuaces. COMO ENTRO AL MUNDO CRISTIANO Cuando Constantino llegó a ser Emperador de Roma, promulgó su famoso "Edicto de Tolerancia" con el cual puso fin a las persecuciones contra los cristianos y, declaró el cristianismo religión oficial del estado romano. Después de su conversión, Constantino, celoso de la nueva fe que había descubierto, demandó que todos se convirtieran en cristianos o enfrentarían la pena del rechazo. La iglesia se llenó de paganos, no convertidos. La mayoría se vio forzada a unirse a la iglesia o a perder su vida por desafiar al emperador. Los sacerdotes y especialmente el Papa, se enfrentaron a serios problemas. 
Estas personas trajeron a la iglesia prácticas paganas y sus ideas, incluyendo el festival de la muerte. Ellos demandaron que este festival permanecería como parte de sus vidas. Como la Iglesia Católica no tuvo la autoridad para abolir estas prácticas paganas, se dedicó a apoyarlas y santificar algunas de ellas, especialmente el rito satánico del 31 de octubre. En el siglo IX, el Papa declaró el 1º de noviembre como un día para ser celebrado por la iglesia y se le llamó "Día de todos los santos", en honor a todos "los martirizados" que Satanás sacrificaba la noche del 31 de octubre. La Iglesia Católica declaró como día festivo el 31 de octubre. La misa que se decía en el "Día de los santos" era: "All Hallowmas", y en el transcurso de los años se le llegó a conocer como: Allhawoll´s Eve; All Allowed Eve; All Hallow E´m, y finalmente como Halloween. 
Lamentablemente se mezcló lo pagano con la religión. La gente no dejó sus ritos paganos, ni dejó de alabar a los demonios. Sus reuniones no eran de oración o de alabanza. Lo que fue en el principio, tiene actualmente el mismo significado: Halloween es un día o una noche que promueve todo aquello que es frío, oscuro, muerte, diabólico y satánico. Es un culto a Satanás. Cuando se hacen preparativos para la "fiesta" de Halloween, se adquiere artículos que NO dan gloria a Dios o bendigan el hogar de los cristianos. Entre los artículos para la celebración de Hallowen se escoge: fantasmas, brujas, gatos negros y vampiros. 
Halloween es el día para los demonios, no para los santos. Halloween no tiene sus raíces propiamente en la Iglesia Católica, pero está arraigada y entremezclada con lo oculto, la brujería y el satanismo, al permitir que sus fieles la practiquen. 
Dorren Irving, quien fuera la bruja que gobernaba el satanismo sobre Europa Occidental y las Islas Británicas, y Señora del Sumo Sacerdote de Satanás, es ahora cristiana evangélica convertida, y llena del Espíritu Santo. 
Ella dice: "Si los cristianos tuvieran idea de lo que es en realidad Halloween, no se atreverían ni tan siquiera a mencionar la palabra delante de sus hijos". Rogamos a Dios para que el Espíritu Santo nos guíe a la verdad, para que quienes, bajo el disfraz de una diversión "inofensiva", participan de un culto exclusivo para adorar al príncipe de las tinieblas, Satanás y todas sus legiones, sean liberados de esta mentira destructora. Parece ser que este antiguo ritual ha tomado mayor fuerza en América, el Halloween a pasado a ser una fiesta infernal que muchos aprovechan para desbordar los bajos instintos que llevan encerrados dentro de si. 
Aunque parezca inocente ver a niños y adultos celebrando la festividad, disfrazarse de demonio, diablo, bruja, fantasma, monstruos o duende, de alguna manera los relaciona con ese tributo que se le rinde a esas antiguas fuerzas malignas que, obviamente, todavía agobian al mundo. 
Conociendo el origen y el significado del Halloween, vale la pena reflexionar si todavía queremos que nuestros hijos o nosotros mismos nos disfracemos de figuras malignas para celebrar esa infame noche que, aunque Ud. no lo crea, miles de brujos y satanistas se reúnen para orar por la propagación del mal.

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