Momentos de estancamiento

En la vida existen momentos en los que parece que la vida se detiene. El mundo sigue girando, pero tu vida no avanza. Momentos en los que la frustración se instala en el corazón y la esperanza se te escapa entre los dedos.

No te rindas. Esos momentos de estancamiento no son para siempre. Aprovéchalos. No pierdas el tiempo amargándote por lo que pudo ser y no será, o por lo que debería ser y no es. El pasado ya no importa y el futuro es incierto. Haz lo mejor que puedas con tu presente.
¿Cómo enfrentas los momentos de estancamiento? ¿Permites que te hundan o los aprovechas para conocerte mejor y vivir una relación más estrecha con Dios?
Tristemente la fe no se suele desarrollar cuando la vida te va bien, sino todo lo contrario. Es cuando las cosas van mal o simplemente no van, cuando tienes que elegir entre enfadarte con Dios o aferrarte a Él como nunca antes. Aprovecha el momento y agárrate fuerte de Su mano.
¿Cómo vives el momento de estancamiento? ¿Cómo un momento de desesperación o una oportunidad? ¿Cómo un momento de angustia o de esperanza y paz en compañía de Jesús?
Tal vez no lo creas, pero muchos de los que fracasaron con todas sus esperanzas y talentos a cuestas, finalmente decidieron darse una nueva oportunidad y tuvieron éxito. El único fracaso que existe es dejar de intentarlo. No te rindas. Cuanto más oscura es la noche, más cercano está el amanecer. No desesperes como los que no conocen a Cristo. Si crees en Él, en su poder y su amor, no puedes dejarte caer. ElTodopoderoso sabe por qué permite las cosas. Confía.
La vida es una escuela en la que las lecciones más importantes se aprenden en medio de la dificultad. Es un yunque en el que tomas forma. Si Dios permite problemas en tu vida, no busques entender Sus motivos, un día ya no tan lejano te los explicara, de momento aprende a confiar en Él y deja que el fuego te purifique y los golpes de la vida saquen lo mejor de tí de Su mano.
Tal vez te han enseñado que el éxito de la vida es tener dinero, una gran casa, un coche, una carrera, una pareja… pero realmente, tener éxito es crecer, madurar, mejorar, llegar a ser alguien confirme a la voluntad de Dios. Alguien a Su servicio, capaz de permitir que Él obre en la vida de los demás a través suyo. Ese es el verdadero éxito, y eso no se aprende en la universidad.
Todo depende de la perspectiva. Si miras la vida con los anteojos humanos, no podrás ver más allá de un éxito material que un día se desvanecerá. Pero si miras a través de los ojos de Jesús, lo único que tiene sentido es servirle y vivir una vida de amor dedicada a los demás, dirigida por Él, y una eternidad a Su lado.
Durante los momentos de estancamiento no te rindas. Haz como aquel preso, que preguntándose porque no tenía éxito en su vida, divisó una pequeña hormiga que caminaba por una pared, y la sopló una vez para que cayera, y la hormiga volvía a subir, y la sopló mil veces y otras mil veces la hormiga subió; y finalmente desistió de su empresa y obtuvo la respuesta: Persistencia y valor.
Al fin “la dificultad es el estímulo de los elegidos” ¿Elegidos para qué? ¿Por quien? Elegidos para vencer, por sí mismos. Es una elección que solo tu puedes y debes hacer, y la diferencia entre vencer o perder está simplemente en negarte a rendirte. No lo dudes, la hormiga finalmente llega a su destino porque se niega a que pueda ser de otro modo. No importa las veces que la tiren. Ella vuelve a intentarlo y vence al final porque el enemigo se cansa y desiste, pero ella no.
Como diría cualquier científico o descubridor: la clave del éxito es la perseverancia. No te rindas.
Sigue adelante, en esos momentos de estancamiento no te rindas. No te dejes caer. Sé como el águila, que soporta el dolor de tener que golpear su desgastado pico una y otra vez contra las rocas para que crezca uno nuevo y más poderoso, aunque… esa transición implique dolor y frustración.
La vez la vida hoy está limando tu pico. No desesperes. La función no termina hasta que baja el telón y la vida depara muchas sorpresas. Hoy estás abajo, pero tal vez mañana estés arriba. Solo Dios lo sabe. No te rindas.
Pon tu vida en las manos del Todopoderoso creador del universo. Tal vez esa sea la lección que debes aprender. La lección más importante de tu vida, presente y futura.
Puede que tu no sepas qué hacer con tu vida aquí; que no sepas cómo seguir adelante; que no encuentres las fuerzas para levantarte, pero Él puede hacerlo en tí.
Si estás atravesando por un momento de estancamiento en tu vida, no desesperes. Si crees en Dios y buscas una salida de Su mano, ésta aparecerá en Su momento (no en el tuyo, tal vez aún te queda algo por aprender, ten paciencia) y será lo mejor para tí.
Sigue adelante con los ojos puestos en lo Alto… sé paciente, el Señor tiene un plan para tu vida, y no solamente se trata de la vida eterna. Él tiene un plan para todo el que deja su vida en Sus manos. Un plan para bendición de los demás, un plan para que puedas servirle a Él.
El amanecer está cercano. Sólo pregúntate ¿Estás dispuesto a dejarlo todo por un sueño, y aunque fracases, intentarlo nuevamente, mil veces de Su mano? Si estás tan cansado que ya no puedes siquiera soñar, no desesperes, pídele que te muestre el camino y lo hará; pídele fuerzas y te las dará. Tu eres el sueño de Dios. Tu existencia tiene un sentido y un propósito. Tiene un plan para tu vida. Él te creó y te ama. No te dejará. Aguanta solo un poco más. El sol ya comienza a despuntar.

Esther Azón Fernández (EAF) Redacción CPM

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